Hecho Por: Mike Ortiz
Como la mayoría de las gentes están convencidos de que hay vida después de ésta, siempre se imaginan, o al menos alguna vez en sus vidas, como sería su funeral. Si iría harta gente, si llorarían harto o no, si sufriría su ex o si reiría el weón que le caía como el ajo, etc. Entonces, se piensa que uno como que se supone estará como espíritu mirando todo lo que pasa, y partiéndose el alma porque no le puede decir a esa persona que sufre "no te preocupís, si estoy la raja acá!!".
Se supone que Jesús no te deja a hacer eso por razones que nadie sabe, pero no se puede, así de simple.
En cambio un nuevo amigo de Las noticias que importan un cuesco burló todos esos códigos extraños que supone tener el más allá, y presenció su propia muerte a vista y paciencia de los sorprendidos señores que estaban llorando a moco tendido... eso sí, no como un fantasma ni nada, sino que en carne y hueso.
Se supone que Jesús no te deja a hacer eso por razones que nadie sabe, pero no se puede, así de simple.
En cambio un nuevo amigo de Las noticias que importan un cuesco burló todos esos códigos extraños que supone tener el más allá, y presenció su propia muerte a vista y paciencia de los sorprendidos señores que estaban llorando a moco tendido... eso sí, no como un fantasma ni nada, sino que en carne y hueso.
La historia ocurrió en Brasil donde Jorge Gonçalves, un albañil de 59 otoños, se había dado por muerto en un accidente automovilístico en una carretera del estado de Paraná, al sur del país de Axe Bahía.
La familia del señor fue la encargada de reconocer el supuesto cadáver de su familiar, el cual estaba todo desfigurado producto del choque. Debido a que concordaron de que efectivamente se trataba de Jorge el finado, decidieron realizar los funerales al otro día.
Lo que no sabían era que Jorge se había quedado en una parada de camiones conversando con amigotes y bebiendo alcohol, según contaba después su sobrina a O Globo. Entonces, el supuesto muerto se enteró recién al otro día de su propio funeral, apurándose para apareserse con toda su viva humanidad ahí.
La familia del señor fue la encargada de reconocer el supuesto cadáver de su familiar, el cual estaba todo desfigurado producto del choque. Debido a que concordaron de que efectivamente se trataba de Jorge el finado, decidieron realizar los funerales al otro día.
Lo que no sabían era que Jorge se había quedado en una parada de camiones conversando con amigotes y bebiendo alcohol, según contaba después su sobrina a O Globo. Entonces, el supuesto muerto se enteró recién al otro día de su propio funeral, apurándose para apareserse con toda su viva humanidad ahí.
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